A muchos, siempre que se habla de vino de rioja, lo primero que se le viene a la cabeza es un vino tinto joven o crianza, vinos equilibrados y complejos tan apreciados por los bebedores de vino. Pero, ¿qué me decís del vino blanco? En muchos casos parece el gran olvidado de esta denominación.
¿Cuántos habéis oído en alguna ocasión la afirmación «El mejor blanco es un buen tinto«? Durante mucho tiempo el blanco era considerado como una mera anécdota en la elaboración de vinos de Rioja. Afortunadamente esa mentalidad está desapareciendo. Los amantes del vino aprecian ya estos vinos, con personalidad propia.
Pero ya se sabe, «para gustos, los colores«. Hay a quienes les encantan los vinos blancos, y los que se definen como más de tintos. Tanto para los primeros, como para los segundos, nos parece una época excelente para no dejar escapar la oportunidad de probar el vino blanco. El verano, representa la atmósfera ideal para disfrutar de una bebida fresca en un ambiente agradable, distendido y relajado.
Con el vino blanco podréis combatir las altas temperaturas, durante el «hamaiketako», comida o cena. Ya sabéis, ¡cualquier momento es bueno! Y además, podéis combinarlo a la perfección con recetas de nuestra gastronomía. Rompiendo los paradigmas establecidos, no se consigue el maridaje perfecto de este vino únicamente con los mariscos y pescados. Y es que el vino blanco casi siempre será una buena opción para toda comida. Su versatilidad, polivalencia y frescura, limpian el paladar para que podamos disfrutar de todos los sabores.
Por supuesto, nuestra recomendación, no podía ser otra que el vino blanco Zintzo. Intensamente aromático y fresco, dejará en el paladar una intensa sensación frutal. Para su elaboración, se emplea la maceración en frío durante dos días y posterior fermentación durante una quincena a temperatura controlada en tanques de acero inoxidable. Y después de todo ese trabajo que se esconde por detrás, servido a 7-8 ºC, como debe ser el caso, dejar a vuestros sentidos actuar y que perciban todas sus cualidades.
Por lo tanto, os animamos a que os dejéis seducir por este vino y ya después de tanta «palabrería» solo queda una cosa, ¡disfrutad del vino blanco y por supuesto, del verano, que van de la mano!