¿Desconocimiento? ¿El poder del boca a boca? Sea por el motivo que sea lo cierto es que los mitos que rodean al mundo del vino continúan en la «cresta de la ola». En muchos casos,las creencias del mundo del vino ya se pueden considerar incluso «leyendas urbanas».
Pues bien, tratemos de identificar las más populares. De este modo, podremos llevar la contraria con fundamento a aquellos que se posicionan como defensores a ultranza de las mismas ¡Incluso aunque se pongan cabezones! Y más, si estamos al tanto de cuales son las novedades más fervientes del sector vínicola ¡No perdáis detalle!
Algunos eslóganes que se oyen en otros sectores, señalan «Calidad y precio están muy cerca» ¿Pueden aplicarse al mundo del vino? El precio del vino se determina considerando diversos factores, como el método de elaboración, el terroir y el público objetivo. En base a ellos, se determina el posicionamiento que se le desea otorgar a ese vino en el mercado.
El precio no garantiza la calidad del vino. Por sentido común, puede ocurrir de todo y el caso del vino no iba a ser diferente. Además, algo tan obvio que se nos olvida, cuando bebemos un vino, somos puramente subjetivos. Para decir si un vino nos gusta o no, no hace falta que seamos expertos en la materia. A menudo, entendemos que existe un fino hilo que separa la calidad de un vino con nuestro gusto, que muchas veces rompemos sin darnos cuenta.
Por otro lado, ¿habéis escuchado alguna vez eso de estoy guardando el vino porque mejorará con los años? Como estemos cometiendo ese error con un vino joven, puede que nos estemos «cargando» ese vino literalmente. Y en el caso de los vinos crianza, ¿por qué en muchos casos casos tenemos la idea de convertirnos en bodegueros para crear un «gran reserva«? Lamentamos deciros, que no lo lograremos. Cada tipo de vino tiene un momento óptimo para degustarlo y el tiempo de crianza varía de unos a otros.
Parece que vamos superando las falacias que se decían sobre la temperatura de los vinos. Ya quedan pocos resquicios de aquellos que afirmaban que el tinto debe servirse a temperatura ambiente y el blanco casi «congelado». Ya es bien sabido que cada vino tiene una temperatura a la que debe ser servido. Superada esta primera fase de la retirada a tiempo del vino de la nevera, viene la siguiente cuestión, ¿abrimos el vino para consumirlo directamente, o es mejor abrirlo previamente para que se oxigene? «Todo depende» del tipo de vino, en algunos casos funciona, pero por ejemplo en los tintos jóvenes es un acto realmente innecesario.
Ya sentados en la mesa, llega el momento de descorche de la botella, ¿qué pensaríais si el vino que os traen a la mesa tiene un tapón sintético? Inconscientemente, muchos empiezan a pensar que se trata de un vino de «poca monta«. Pues bien, debéis saber, que para algunos vinos este tapón es favorable. Evita muchos problemas que aporta el corcho al vino. Pero, obviamente, el corcho sigue siendo el método de sellado del vino por excelencia.
Y con todo servido, oímos aquello de «si vas a comer carne, mejor tinto y si es pescado, mejor blanco» ¡Otra mito más! Lo fundamental es que no se maten los sabores, sino que bebida y comida sumen, lo cual ensalzará el placer de la degustación. Después dependerá de nuestros gustos, pero obviamente no existe una regla nemotécnica que señale el maridaje ideal.
Y por supuesto, hay muchos mitos más, pero afortunadamente, el mundo del vino se está sofisticando cada vez más, alejándose de esas viejas concepciones. Las últimas tendencias muestran que los consumidores se han vuelto más exigentes y llevan a la práctica la premisa de «menos es más«. Consumen menos vino, pero de más calidad. En ello, el vino tinto sigue ganando la partida al resto de variedades vinícolas, pero estas no le siguen tan de lejos. Y ya no se busca sólo vino, sino todo lo que le rodea. De ahí, la gran influencia el marketing, para la creación de marca y diseño del packaging más innovador. Se trata de crear experiencias alrededor del vino. Vosotros, ¿tenéis ya la vuestra?