Éste, ha sido un buen año de cosecha. Buenas uvas, mucha producción y manos hábiles que han recogido los frutos de muchos meses de mimos. La vendimia en nuestras tierras de Villabuena de Álava arranca a finales de septiembre y principios de octubre. Los campos se llenan de manos que recogen los preciados racimos de uvas, que harán buenos caldos en unos meses.
Siempre que llega esta época, los nervios surgen a flor de piel. El futuro vino de Rioja Alavesa depende de recoger las uvas en el punto exacto de maduración, cuando el azúcar y ácido combinan a la perfección. Son días intensos, donde nadie para quieto, hay mucho que hacer. Recoger, seleccionar, despalillar y estrujar. Todo bajo el estricto control de graduación de Karlos, nuestro experto enólogo, que decidirá qué uvas son adecuadas y cuáles no para elaborar todos los vinos de Bodegas Zintzo.
De los racimos de tempranillo saldrán los riquísimos vinos Izena y 5.Zintzo y de la uva viura sacaremos nuestro delicado vino blanco Zintzo. Y para el vino Joven Zintzo, una mezcla de ambas. Lo cierto es que este año la producción ha sido espectacular así que esperamos buenos vinos, a la altura de la Bodega. Somos una Bodega familiar, pero poco a poco, nuestro trabajo y nuestros esfuerzos van dando sus frutos, y los últimos premios a nuestros vinos lo demuestran.
Fin de la vendimia, descanso de los viñedos
Después del intenso trabajo de recogida y selección, los campos quedan vacíos. Los viñedos van perdiendo el verde intenso y las hojas se tornan ocres, rojizas. Si miras hacia dentro, una por una, tronco por tronco, consigues ver el alma de cada una de las plantas. Han hecho un gran esfuerzo, te han dado todo lo que tenían, y ahora, necesitan descansar.
Los viñedos vacíos, se van evaporando. Las hojas van cayendo y poco a poco, empieza el letargo que trae el invierno. Cada momento en el proceso de elaboración de los vinos de Rioja Alavesa se vive con un encanto especial y de una manera diferente.